Es cierto, Descendants of the Sun trajo una maquinaria mercadológica impresionante, pero si hay algo muy en claro, es que Corea del Sur se ha sabido colocar como una industria importante del entretenimiento que ha puesto a temblar lo mismo a Hollywood que a Televisa.
Y es que más allá de pensar en nuestros dramas favoritos como historias que nos entretienen, enamoran y divierten, la realidad es que son productos, son inversiones y la KBS supo hacer su inversión y recuperarla*.
Para calificar la calidad de un producto audiovisual, puedes tomar cualquier parámetro, desde la historia hasta la producción y precisamente eso es lo que compensa y descompensa esta historia.
Descendents of the Sun, visto desde un punto mercadológico y hasta político, nos viene a dar un mensaje: nuestra industria es fuerte, nuestra cultura (con todo y sus deficiencias y su desfase con occidente) es fuerte y podemos con nuestros recursos entregar un producto de calidad.
Hablando de guión, no ofrece nada nuevo. Chico conoce a chica, se enamoran y pasan una serie de eventos juntos. Como cualquier drama recurre a las convenciones de su género y que ya todos conocemos.
Es una historia simple pero que sí necesitaba de la producción que se le invirtió y que fue la que compensó esta historia simple.
Fue un guión poco arriesgado, es decir, no había nudos que al desatarse te dejaran alguna duda e incluso tuvo un final predecible, pero que tampoco te deja un mal sabor de boca.
Ambos aspectos, fueron compensados, como dije, con una buena fotografía, con un buen diseño de producción y con algo más fuerte que un argumento: un subtexto.
El cine gringo es reconocido y a veces hasta criticado por el uso excesivo de la figura del héroe que salva a la nación, que siempre es Estados Unidos la salvadora en un pueblo que necesita de redención.
Descendents of the Sun se atreve a decir, “venimos de un pueblo fragmentado, con una tradición militar muy arraigada y esto es lo que nosotros creemos”, esto, agregándole el plus del alto sentido de la ética y el valor, además le dan vuelta al concepto del soldado y dejan bien en claro que solo son piezas de un tablero de ajedrez movido por alguien cuya mayor preocupación es el color de su corbata (o su corte de pelo).
Todo esto, dicho con la sutileza que nos permiten las clásicas tonalidades doradas del drama que cobijan una paleta de colores pasteles, en las que de pronto resalta el color verde ocre de las vestimentas militares.
Tuvimos arquetipos ya muy bien conocidos del clásico drama, que sin embargo fueron bien jugados. Reconozco ampliamente la actuación de Song Hye Kyo, que como actriz, se nota evolucionada.
Y mostró otra cara de la heroína. Una mujer entrada en todas las convenciones de la femineidad y la autonomía, que sin embargo, se consideraba más sexy haciendo su trabajo. Una mujer que es acosada en su trabajo y que no se dobla, sino que acepta y evidencia su condición y que, pudiendo entrar en el juego, ni se escandaliza ni se espanta, simplemente no es parte de él.
Creo que no se necesitaba una gran historia, para decir muchas cosas que se dijo en este drama. A manera muy personal, considero que esos huérfanos de Urk nos aludían a los exiliados sirios, pero es solo una suposición mía.
Otra cosa que no solo le reconozco a Descendants of the Sun, sino a todos los dramas es que saben jugar con los conflictos, no se quedan en los usuales, de hecho, en algunos momentos críticos de la historia, los personajes se enfrentaron a cuestionamientos morales serios.
Basta con ver el primer capítulo en que ella pondera ambas profesiones: milicia y medicina. Mientras ella defiende la vida, el otro determina en ocasiones quién debe vivir y quien no, más adelante nos ponen ante los dos este cuestionamiento en pantalla.
Aquí viene otra cuestión interesante. El tema de la vocación y el trabajo está por todas partes, todo el tiempo, amar lo que haces, hacerlo por el país, por la patria, por la sociedad y entonces nos revela esa ideología asiática que nos está diciendo: conquistaremos al mundo.
El sol, no puede ser patentado, pero los coreanos ya nos venden dos soles en cadenitas de catorce kilates.
Las de última hora
-Actuación destacable: Onew, interpretando a Lee Chin Hoon, quien al enfrentar un montón de dilemas morales, da un giro de 180 grados, que lo sacan de su burbuja de niño rico, pero que no le pierden la esperanza. Gran personaje, pieza muy bien jugada.
-¿Volverás? Vivo en un estado que tiene la milicia presente por todos lados. Me ha tocado conocer la historia de algunas parejas de militares y es la preocupación más palpable de ellas, Song Hye Kyo logra trasmitir esa preocupación de manera extraordinaria.
*Si quieres saber cómo les fue con el asunto del dinero: http://es.drama.wikia.com/wiki/Descendants_of_the_Sun
La Clínica del Drama 