Psicopatología de la escenografía en el k-drama.


Una de los elementos que caracterizan a las producciones asiáticas, especialmente a las surcoreanas, en este mundo llenos de series de fast-view, es el increíble cuidado que ponen en la Dirección de Arte.

Ya en otro post, más adelante, hablaremos sobre el vestuario. Hoy repasaremos brevemente la escenografía y la ambientación, y sus valores narrativos en la mayoría de los dramas.

Es también gracias a ese cuidado, que no está relacionado como en las superproducciones occidentales con la calidad de la imagen en sí misma sino con su narratividad implícita, por lo que estos dramas nos resultan tan adictivos. ¿Por qué? Pues porque nada distrae en su puesta, todo suma a la historia, todo tiene una sinergia que sirve para contarnos incluso desde los fondos.

Sus escenarios caracterizan significativamente el mundo interior del personaje, más allá de su clase social o sus gustos visibles, hablan en gran medida de su psicología oculta. No solo para hablar sobre personajes malvados y oscuros sino también para los tiernos y sinceros. Pero sin dudas los personajes negativos o mentalmente dañados aportan mucho más reto a los ambientadores y escenógrafos.

 

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En Missing You (MBC, 2013), por ejemplo, la casa donde viven Harry y Zoe, también reserva secretos, no solo guardados por la gran reja de la entrada y las escaleras (casas con escaleras o sótanos siempre tienen historia oculta), sino que gracias al trabajo de iluminación de esta escenografía consigue irse “oscureciendo” y volviéndose cada vez un lugar más aprensivo y peligroso a nuestra vista.

 

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En KMHM (MBC, 2015), la casa de Cha Do Hyung, es uno de los escenarios que recrea con gran impacto la disociación de la identidad del personaje. Los adornos son cestos como jaulas, la iluminación es inclinada e irregular, las paredes parecen “ensambladas” o simulan bloques de Kohl (como en el cuarto).

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En It’s Ok, it’s love (SBS, 2014) la reiterada presencia del amarillo intenso en la ropa, la ambientación y las locaciones de Jang Jae Yul, hablan tanto de su inteligencia como la presencia de una alteración mental grave. El amarillo era el color preferido por Van Gogh al final de su días, y para Kandinsky, la representación de la locura extrema.

Pero, aquí viene la otra cara del asunto.

Si prestamos atención a este modus operandi puede ser que las escenografías dentro de las series policiacas nos den más pistas de las que el propio guión te está ofreciendo. Al menos yo ya he descubierto al asesino en dos series gracias a su exhaustiva recreación de la escenografía.

La primera fue en “The girl who can see smells”  o “Sensory Couple” (SBS, 2015). La impresión de la mansión del Chef Kwon en el Capítulo 3, me reveló de inmediato su condición sociopática, y también que sería éste el asesino del Código de Barra.

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Observen las imágenes arriba. ¿Ven ahora cuántos elementos “patológicos” sugiere esa escenografía? Un árbol seco y torcido, frente a la casa donde otros árboles permanecen verdes, motivo que se repite dentro de la casa, como objeto y como motivo en el cuadro. Y, atención a los muebles, su diseño es realmente psicodélico, los aparadores  parecen rebanados con un cuchillo. En otra área hay piezas compulsivamente simétricas y duplicadas, y la iluminación en sí misma de la habitación genera un extrañamiento incómodo.

La primera impresión puede ser: “Wow, tremenda mansión, se ve que el hombre tienen dinero.”  En la media de una telenovela latina eso es suficiente, pero en una asiática, no. Recuerden, ellos son “strong detail oriented”. Así que miren con atención, y verán cuánto puede contarle la escenografía.

La siguiente revelación me la dio “Hello Monster”, o “I remember you”.  Apenas vi el edificio donde se instala el forense Lee, saltó la liebre. Vamos, puede que el edificio exista realmente en Seúl, e incluso que sea una institución forense, pero su imagen no deja por eso de ser profudamente perturbadora.

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Es como si estuviese construido a partir de huesos humanos, de cráneos, dando la impresión de un lugar lleno de recovecos oscuros detrás de un lustroso exterior blanco e inmaculado. Con una sola vista de la locación, dado los antecedentes mencionados, no es difícil suponer: “Anjá…así que ahí te escodes, Lee Joon Young”.

Por cierto, la locación de la casa del protagonista es una gran sospechosa en la lista: cuartos secretos, niveles irregulares para las habitaciones, una puerta a la calle ¿roja? A simple vista pareciera que es una locación que no encajan sus distintas áreas, como un incorrecto puzzle. Mensaje: gato encerrado…ahí hay dato escondido…O que lo diga la historia.

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La ambientación por su parte, íntimamente integrada a la escenografía nos apunta en esta misma dirección de lo ominoso:  rosas negras en un búcaro, plantas secas en el otro. Un cuadro de casas que se desdibujan ocultándose  en la niebla. Abajo, el cuadro de las rosas está partido en tres. Solo el centro es visible. Los laterales permanecen velados…Ah,y recuerden lo que hablamos sobre el color amarillo.

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Por supuesto, buena parte de lo que comunica la escena lo ofrece una buena toma o plano (picados y contrapicados son los más sugestivos). Trabajo, en este caso, no de la dirección de arte sino de la fotografía.

No es para parar a cada minuto a detenerse en el decorado, pero una vez que hemos visto la serie y disfrutado de su historia, volver a ella desde una nueva perspectiva siempre resulta interesante.

Y ustedes, ¿se embullan a buscar elementos narrativos reveladores en la escenografía y la ambientación de sus dramas favoritos?

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