Incluso para personas ajenas a las ciencias psicológicas, la psiquiatría o la criminología, el término “lombrosiano”, puede haber sido escuchado más de una vez en sus vidas y varios conocerán que se deriva del apellido de uno de los más importantes estudiosos del comportamiento y la psiquis humana del siglo XIX, el italiano Cesare Lombroso.
Su teoría positivista sobre los orígenes de la mente criminal mantuvo protagonismo dentro del cuerpo teórico forense hasta inicios del siglo XX. Se resume en que la anatomía humana (constitución, dimensiones, formas, etc), particularmente del cráneo (recipiente del cerebro y sus procesos) determina la conducta del individuo y su personalidad.
Para los estudios criminológicos insipientes, Lombroso aportaba una tesis que permitía objetivizar y supuestamente anticipar el comportamiento delictivo, solo con estudiar las líneas del cráneo del sujeto de interés. Sin embargo, aunque someramente, ya el mismo Lombroso intentaba incluir factores ambientales, geográficos y climáticos como desencadenantes en la conducta del criminal nato.
A la izquierda imagen de los estudios del italiano Cesare Lombroso y el propio investigador (tomado de https://psychlite.wordpress.com). A la derecha el precursor de la especialidad del perfilador e investigador del FBI, el estadounidense Robert Ressler. (tomado de http://www.topscretwriters.com)
Años más tarde, y sobre esta misma cuerda determinista, Kretschmer caracterizaría dentro de la psicología general, a los seres humanos en Lepsotómicos, Pícnicos y Atléticos. Su teoría pronto se vincularía al mundo de la investigación policial y convendría en clasificar al tipo de crimen según estas tres constituciones fenotípicas: los lepsotómicos propendían al hurto, los pícnicos a la estafa y los atléticos a los crímenes violentos. Como la teoría de Lombroso, apuntalaba una idea preconcebida en la historia del pensamiento humano: que lo bello es bueno y lo feo es malo.
Estas y otras teorías biologicistas sobre la conducta y la personalidad dieron paso, desde mediados de los 60s, a enunciados que tomaban en cuenta las características del desarrollo ontogenético del individuo; así ganaron más peso las teorías evolutivas como las de Erickson, Piaget o Klein, que ofrecían mayor atención al ambiente familiar, escolar y social.
Con los años el desarrollo de la Psicología como ciencia, y su polinización cruzada de información entre sus distintos campos, nutrió y permitió que la Ciencia Forense se perfilara y ganara un núcleo propio de estudio. Con la creación en 1970 de la Unidad de Ciencias del Comportamiento en el FBI, se inicia otra etapa. Las entrevistas de Robert Ressler, el primer destacado profiler, a miles de criminales violentos en cárceles estadounidenses permitió crear el proyecto de Investigación de la Personalidad Criminal, que conformó una importante base de datos para documentar ciertos patrones del comportamiento de los asesinos, y en particular de aquellos que el propio Ressler acuño como “serial killer”, los “asesinos en serie”.
«Según el FBI, los asesinos en serie (asesinos seriales) son personas que matan por lo menos en tres ocasiones con un intervalo entre cada asesinato. Los crímenes cometidos son resultado de una compulsión, que puede tener sus orígenes en la juventud o en desajustes psicopatológicos del asesino, contrariamente a aquellos que están motivados por ganancias monetarias (por ejemplo, asesinos a sueldo) o los que tienen motivaciones ideológicas o políticas (por ejemplo, terroristas, genocidas).»
Definición tomada de http://psicologiacriminologica.blogspot.com/
La criminología y la psicología forenses tienen hoy su propia área de estudio, y también su principal dilema por dilucidar, un dilema que ni Lombroso, Kretschmer, Erickson o Ressler han resuelto, y sobre el que continúan indagando hoy sus perfiladores (profilers), interrogadores, psicólogos,sociólogos, psiquiatras, genetistas y neurocientíficos: ¿cuál es la naturaleza de la mente criminal?, o en otras palabras ¿cuál es la causa primaria de la criminalidad?
Sobre este dilema, que no es para nada un filosofar espurio, se centra como tesis para desarrollar su Idea Controladora, la serie surcoreana emitida por KBS2, lunes y martes, entre el 22 de Junio y el 11 de Agosto del 2015: Hello Monster, también llamada I Remember You.
Todas las series tienen un tema, más o menos conscientemente todas dejarán algún “mensaje” en nuestra mentes, como subtexto o explícitamente. Pero no todas las series, filmes o ficciones audiovisuales se abocan en desarrollar una tesis (con su antítesis consecuente), y las que lo hacen muchas veces caen en el maniqueísmo y el panfleto. Kwong Ki Young, la guionista de Hello Monster, apostó por ello. Y se atrevió no con una tesis fácil, o probada, sino justamente con el meollo central de la ciencia forense.
“Árbol que nace torcido…” o “El que con lobos anda, a aullar se enseña”.
Con la fábula de los dos lobos que los dos niños (Hyun y Min) escuchaban de su padre, la autora nos sintetiza no solo el dilema central de la historia sino también la capacidad de decidir en oposición a lo predestinado. Aquello de que «somos lo que hacemos con lo que los otros han hecho de nosotros».
Tanto biologismo en los primeros años de los estudios forenses han provocado en los sociólogos y criminólogos (en menor medida en los psicólogos) mucha reticencia a explorar las bases neurobiológicas del comportamiento criminal.
Como expresa John Paul Wright, profesor de la Escuela de Criminología de la Universidad de Cincinnati: “not a single study on the biology-crime link has been published in dissertation form in the last 20 years” [ni un solo estudio relacionado con la biología del crimen ha sido publicado como tesis en los pasado 20 años] y en el campo apenas se ha publicado escasamente alguna investigación biológica; sin embargo, el profesor Wright afirma que la marea está cambiando, especialmente con los más jóvenes investigadores.
Si a todos los niveles continuamos intentando desentrañar el dilema, qué podría ser sino una agónica encrucijada para un padre, permeado de los conocimientos sobre criminología, el determinar esta respuesta en su hijo pequeño. Hello Monster, nos dramatiza dentro del contexto familiar este ancestral intríngulis.
Los hermanos Lee, tienen una relación estrecha y afectiva, y juntos se sobreponen a una tragedia que solo conocemos casi a final de la historia…lo que arroja luz sobre las conductas de los chicos y lo determinante del ambiente.
Los miedos del Señor Lee.
Con mucho acierto el primer episodio de esta serie se titula “Todas las historias de niños, empiezan con sus padres”.
El Sr. Lee, interrogador de la policía y perfilólogo (profiler), afectado por la pérdida de su esposa a manos de un criminal vengativo, rumia interiormente una angustia mayor: la duda de si su hijo mayor tiene el potencial de convertirse en un asesino. Su interacción con un criminal joven al que estudia, Lee Joon Young, atiza sus temores, al descubrir su duda y concentrarse en alimentarla durante los interrogatorios.
Inicialmente (y por cuestiones de guion que creo que pudo resolver mejor Kwon, y hablo más sobre ello en el apartado de Script Doctor, Hello Monster (I Remember you) ¿un rating inexplicable?) las dudas del Sr. Lee nos parecen excesivas y distorsionadas. Su hijo evidencia algunos problemas de socialización, cierto, y un talento extraordinario para las matemáticas acompañado de una memoria visual fotográfica. Parece más que nada un niño con Síndrome de Asperger, y aun por la escasa información todo apunta a que si de algo deberá preocuparse el investigador es de su hijo menor, considerando las escenas de violencia y representaciones dismórficas del cuerpo propio que hay en sus dibujos (y que el padre, predispuesto, adjudicará al hijo mayor).
Las sospechas del Sr. Lee, aunque desacertadas, no están para nada injustificadas. La esencia de su preocupación se sostiene por lo que se conoce en Criminología como el Conjunto o Tríada de MacDonald (el cual es mencionado en el primer capítulo de una manera bastante rápida y difícil de captar para cualquiera no familiarizado con este campo). Este criterio, desarrollado a inicio de los años 60 por el neozelandés John Marshall Macdonald (1920-2007), y cuya trascendencia generó esta también llamada tríada de la Sociopatía, se basa en los registros hechos por este investigador sobre la infancia de un alto número de criminales, donde encontró una recurrencia en tres conductas atípicas para la edad:
Muchos diagnósticos podrían estar detrás de esta tríada, tal como le recuerda al Sr. Lee el psicólogo que asiste al pequeño Lee Hyun, pero lo cierto es que fue aceptada por años como indicativo determinante de una conducta criminal en la adultez. Aunque siempre cuestionada y desestimada con el devenir del tiempo, muchos perfilólogos y criminalistas la han tomado en cuenta.
De Monstruos a Investigadores, y viceversa:
Por su lado, Lee Hyun, el hijo estigmatizado se pregunta qué debió ver el padre en él para considerarlo “un monstruo” y a adoptar conductas tan radicales como extraerlo de la sociedad, ponerlo a vivir en el sótano de la casa y dedicarse él mismo a educarlo e instruirlo. Esta pregunta, nunca respondida por el padre, la intenta buscar Lee Hyun por sí mismo, y esa parece ser la principal motivación para convertirse en un profiler/perfilador criminalista de relieve internacional.
«La perfilación criminal es una técnica de investigación criminológica derivada del análisis que se realiza a los diferentes patrones conductuales en los agresores conocidos; para con ello definir y crear tipologías (perfilación criminal inductiva) y así auxiliar en la resolución de crímenes en los casos donde se desconoce al responsable, a partir de los indicios físicos y psicológicos encontrados en la escena del crimen (perfilación criminal deductiva).»
Definición tomada de http://psicologiacriminologica.blogspot.com/
Hello Monster es muy ilustrativa en el accionar del investigador policial y en especial del Profiler o Perfilador. Desde la época de Robert Ressler a la actualidad, es una disciplina que sigue siendo de gran utilidad aunque no es una ciencia exacta. Ayudar a encontrar la huella psicológica que el asesino deja en sus crímenes es posible gracias a herramientas de colección de información y a correlación con la data estadística obtenida a partir de casos anteriores. También como valor teórico ayuda a desentrañar los motivos y posibles causas yacentes tras el hecho criminal.
Lee Hyun, con su capacidad de observación y análisis deductivo, consigue poner al equipo de investigadores en la historia sobre la pista de varios asesinos, y es posible ver a los largo del drama como opera la metodología de esta especialidad, mediante el análisis y evaluación de las fuentes básicas con las que trabaja el profiler: escena del crimen (área esencial y en la serie muy bien acaparada por el Forense Lee Joon-Ho/antes Lee Joon Young), perfil geográfico, modus operandi y firma del asesino (también muy bien graficada a través del personaje de Jung Sun-Ho/ el hermano pequeño Min) y la victimología (a quién atacará el asesino y por qué).
Durante la serie asistimos a un variado retablo de asesinos, los que curiosamente, casi todos se apellidan LEE. A parte de ser un de los apellidos coreanos más comunes, vemos un posible intento de marcar a través del nombre (como signo de naturaleza, herencia, legado) la tesis de la serie: Lee es tanto el apellido del asesino como el apellido del profiler…por lo que en de cierto modo parece afiliarse al criterio de que lo heredado no es lo definitorio.
Es exhaustiva I Remember You, también, en la presentación de distintos tipos de criminales. Podemos ver cómo se desenvuelven, según la clasificación más aceptada en la criminología, los asesinos organizados y desorganizados, y también las diferencias ya hechas por el mismo Ressler entre el asesino serial (serial killer) y spreed killer.
La serie dramatiza los grandes catalizadores ambientales del asesino: el abuso infantil, los prejuicios y los estigmas familiares, el preconcepto social hacia el criminal, las influencias del entorno en la actitud delincuencial del adolescente: en especial en el caso que abarca los Episodios 6 y 7, donde el joven Lee Jung-Ha vive angustiado por la posibildiad de convertirse en un violador y asesino como su padre, mientras que su amigo Lee Jin Woo busca convertirse en uno por el hecho de creerse hijo de un asesino, justificando su rebeldía y agresividad como una herencia impostergable.
Las tendencias del comportamiento que desde temprana edad hablan a favor de una incapacidad para manejar la frustración y la ansiedad, así como de la necesidad de fantasear para destruir lo que les agrede, terminando en convertir esa necesidad de control y venganza en actos reales, quedan ilustradas en varios de los casos narrados en lo largo de los 16 episodios.
Cada caso enfrentado por el profiler Lee Hyun y el equipo forense le acerca al encuentro doloroso con su hermano, anticipandonos lo ocurrido durante estos años de desencuentros.
Los criminales de la serie, tanto los secundarios como los principales, son casos con motivaciones sólidamente construidas. Aparecen asesinos hedonistas, motivados por el poder y el control, vengadores y misioneros. Este último el tipo de asesino describe al personaje de Lee Joon Young, quien cree que está limpiando al mundo de personas indeseables y cuyas víctimas reproducen a los perpetradores de su abuso en la infancia.
Es en Min/Jung Sun-Ho, no obstante, donde se centra la tesis de esta historia: la tesis de la necesidad de ser un criminal porque de antemano ya lo eres o porque te hacen creer que lo eres. En boca del mismo Lee Joon Young está expuesta esta dicotomía, y en la vida de Min, el hermano perdido del profiler Lee Hyun, está la respuesta.
Más que casos por resolver…el Caso de la Criminología:
Predisposición no es Destino, es la réplica sutilmente graficada a los largo de 16 intensos episodios policiacos, con excelentes casos, y donde más allá de descubrir al criminal, nos atrapa saber qué aspecto del pasado de la historia del protagonista quedará develada, y tras ella la develación de tesis de esta historia.
Hello Monster (I remember you) es una de esas series en la que se palpa el gigantesco iceberg investigativo y de trabajo dramatúrgico que subyace en su guión. Plantea su tesis, la desarrolla con profunda sensibilidad y sin amaneramientos morales, y el final abierto pero muy claramente sugerido, no podría ser más apropiado para un conflicto aún por resolver, no ya para los personajes de la serie, sino para toda la ciencia forense hoy.
“La Sociología no tiene nada que temer a la investigación genética. Mientras más sofisticadas sean las investigaciones genéticas, más mostrarán la importancia del contexto social”
Robert J. Sampson, Sociólogo de la Universidad de Harvard, Co-ganador del Stockholm Prize en Criminología (2011).
Sitios para profundizar la información sobre este psicotema y de donde hemos tomado información para esta entrada.
Cohen, Patricia.Genetic Basis for Crime: A New Look. En http://www.nytimes.com/1992/09/15/science/new-storm-brews-on-whether-crime-has-roots-in-genes.html. Junio, 2011.
Pickard, Gabrielle. Robert Ressler FBI Profiler and Modern Day Sherlock. En http://www.topsecretwriters.com/2012/10/robert-ressler-fbi-profiler-and-modern-day-sherlock/
Tapias Saldaña, Ángela Cristina. Asesinos seriales: una visión psicológica y criminológica. En http://psicologiajuridica.org/psj92.html
Origins of Criminology, Cesare Lombroso and the face of crime. In https://psychlite.wordpress.com/2015/04/09/origins-of-criminology-cesare-lombroso-and-the-face-of-crime/
La Clínica del Drama 
Un comentario sobre “CRIMINAL MINDS IN BEAUTIFUL HEADS. O la serie antilombrosiana HELLO MONSTER (aka. I remember you)”